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lunes, 4 de abril de 2011

TRATAMIENTO.

A pesar de la prevalencia de la insuficiencia cardíaca diastólica, hoy día no se han completado estudios aleatorizados para determinar el efecto de agentes terapéuticos específicos para el tratamiento de este síndrome. En tanto no haya más datos el tratamiento de la ICC diastólica o con función sistólica conservada es puramente sintomático y etiológico. Es importante el control de la presión arterial y de la frecuencia ventricular, así como la regresión de la hipertrofia ventricular izquierda y el control de la isquemia miocárdica.
El manejo de la insuficiencia cardíaca diastólica tiene dos objetivos principales, revertir las consecuencias de la disfunción diastólica (congestión venosa, intolerancia al ejercicio) y eliminar y reducir los factores responsables de la disfunción diastólica.
El edema agudo de pulmón, con o sin signos de congestión venosa puede ser tratado con aportes de oxígeno, morfina, nitroglicerina y diuréticos por vía parenteral, pero hay que usarlos con precaución, utilizando dosis bajas, para evitar la hipotensión y otros síntomas de bajo gasto. (1, 3, 6)
Algunos estudios han demostrado un efecto favorable de los bloqueadores beta y los antagonistas del calcio y de la angiotensina sobre los síntomas y la capacidad funcional de los pacientes con ICC diastólica. El efecto de la digital en pacientes en ritmo sinusal es dudoso; en casos de isquemia puede ser desfavorable y producir una sobrecarga de calcio en la diástole.
La disminución de la presión arterial con el uso de inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) y bloqueadores de los canales del calcio en pacientes con cardiopatía hipertensiva son efectivos, causando remodelación al reducir el grosor de la pared y la masa ventricular y, por tanto, ocasionando un aumento de la distensibilidad.
En casos de hipertensión severa que no responde al manejo inicial puede requerir tratamiento parenteral, como nitroprusiato de sodio.
En ciertos pacientes con cardiopatía hipertrófica, el verapamilo ha demostrado mejorar la relajación ventricular. Sin embargo, en pacientes con cardiopatías dilatadas y restrictivas, el efecto suele ser opuesto, causando un deterioro en la función diastólica y un aumento en las presiones de llenado.(7)
Los IECA suelen mejorar la relajación y la distensibilidad en pacientes con disfunción diastólica, independientemente de la fracción de eyección.
La taquicardia provoca aumento de la demanda miocárdica de oxígeno y disminuye la perfusión coronaria, en ausencia de enfermedad coronaria. El control de la frecuencia cardíaca y el mantenimiento del ritmo sinusal permiten optimizar el llenado ventricular. El tratamiento con bloqueadores beta es efectivo no sólo por estos mecanismos, sino también por un efecto inhibitorio neurohormonal. La estimulación crónica por catecolaminas conlleva el desarrollo de fibrosis intersticial y, por tanto, el uso de bloqueadores beta a largo plazo resulta en aumento de la distensibilidad. .(1,7,8)
Estos pacientes tienen tiempo de relajación incompleta, con un aumento resultante en la presión diastólica. Entonces el desarrollo de fibrilación auricular, especialmente si la respuesta ventricular es rápida, puede resultar en edema e hipotensión, y en algunos casos requerir cardioversión eléctrica urgente. No hay datos que soporten el uso de otros agentes farmacológicos o estrategia, pero los bloqueantes beta o cálcicos pueden ser usados para prevenir la taquicardia o disminuir la frecuencia cardíaca en pacientes con fallo diastólico
Se ha asociado el candesartan a una disminución del número de hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca y de muertes de causa cardíaca, sin disminución del riesgo de stroke, infarto de miocardio ni de revascularización coronaria.(1, 9, 10)
Si la isquemia miocárdica contribuye al fallo diastólico las técnicas percutáneas y la cirugía de revascularización estarían indicadas






http://www.ctv.es/diagnostico/diagnostico/Insuficiencia%20card%EDaca.htm

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